Cuando mi padre fue mi compañero de búsqueda. - Centro Experiencial para el Desarrollo Humano

Cuando mi padre fue mi compañero de búsqueda.

15 mayo, 2007

Para los hombres de nuestra sociedad el deseo de ser validado por el padre es quizás una de las heridas emocionales más comunes. El satisfacer las expectativas paternas y sentir a nuestro padre orgulloso de nosotros ha sido el motivador de montones de comportamientos neuróticos y de auto-trasgresión. Personalmente, recuerdo haber estudiado flauta 5 años simplemente como una forma de lograr su aprecio (mi padre ama la música). Hice muchas cosas que no deseaba hacer como una forma de me quisiese y respetara. Obviamente, que cada acto en mi contra no logró lo que esperaba, pues mi sensación de auto-traición no compensaba el ver a mi padre satisfecho.

Convertirme en un sannyasin (discípulo de Osho) a los 20 años fue la primera cosa que mi padre no aprobó y sin embargo lo hice de todas maneras.

Quiero contarles la historia de cómo esta herida emocional, clásicamente masculina, se sanó y me reencontré con mi padre como compañeros de búsqueda espiritual… al menos por una temporada.

La sorpresa“Me voy a India contigo”, me dijo mientras yo lo miraba pasmado. “Vamos al Ashhhhram”, me repitió en tono irónico. Le respondí que feliz que me acompañara, pero no estaba seguro que lo iba a pasar bien en la comunidad de Osho en India. Le expliqué que la gente iba a meditar y ha participar en programas de crecimiento personal…y que tendría que vestir una túnica roja durante el día. “No es un lugar turístico… en realidad no hay mucho que hacer si no estás interesado en meditar y hacer talleres de desarrollo personal… además la India es sucia y no muy cómoda…”

Me miró unos momentos en silencio y me respondió: “Vamos a ver que es esto de la meditación”, concluyó finalmente.

Mi percepción

A mi padre siempre lo vi como un gigante intelectual que sabía todo. Un hombre increíblemente inteligente, racional y culto. Absolutamente fuera de contacto con su vulnerabilidad y sus emociones, a quien de alguna manera, sentí que nunca pude hacer sentir orgulloso de mí. Nunca fui el alumno estrella, ni el “profesional del estudio” que él hubiese querido. De hecho abandoné 3 carreras universitarias antes de terminar mis estudios de arte. Esto previo a mi ida a estados unidos y mis consiguientes estudios en Northern Illinois University.

Su relación con mi madre terminó cuando yo tenía 14 años, sin embargo continué viéndolo semanalmente y durmiendo dos fines de semana al mes en su casa. Al tiempo se casó nuevamente y formó una nueva familia dándome 3 nuevos hermanos.

Siempre sentí una profunda admiración por él y deseé profundamente satisfacer todas sus expectativas de mí… pero no pude. A menudo sentía que su insistencia en lo racional en desmedro de lo emocional era una defensa psicológica en contra de su miedo a ser sensible y sentirse desamparado. Por mi parte, al comienzo de mis veinte años, mi búsqueda y camino iba por el lado contrario: tratando de deshacerme de mi intelectualidad como una defensa y acercándome al pantanoso espacio de mis emociones reprimidas. Él valoraba la educación y la etiqueta… yo comenzaba a valorar la espontaneidad y la franqueza. Él pensaba que la vida debía ser vivida para el beneficio de los demás, yo comenzaba a pensar que primero necesitaba resolver mis asuntos inconclusos antes de poder preocuparme por lo que el resto requería.

Cuando tomé sannyas y me fui a vivir a una comunidad de Osho en santiago, mi padre se mofó de mis elecciones y ridiculizó mi opción vital diciendo que esperaba que “igual siguiera estudiando y no me convirtiera en un Hippie flojo estilo oriental.”

A pesar de nuestras divergencias vitales, en lo profundo, me sentía enormemente responsable por su felicidad y tenía miedo hacer algo que lo hiciese sufrir. Me había dado cuenta que cada vez que hablaba con él mi tono de voz, el que generalmente es bastante bajo, subía una octava y terminaba hablando como un soprano frente a él. Mi impresión es que no deseaba ser percibido como una amenaza masculina a su reinado y que inconscientemente me ponía por debajo de él para así “evitarle” alguna incomodidad, y a la vez, “evitarme” a mí la incomodidad de tener que lidiar con el hecho de sentir que estaba haciendo sufrir a mi padre. Mi sensación de responsabilidad por él no sólo se restringía a nuestra interacción, sino también abarcaba lo que me parecía era una vida perdida en el sufrimiento innecesario. Tenía la impresión que su vida no era muy alegre y que él estaba constantemente quejándose por todo. Además sentía que mis opciones vitales lo hacían sufrir y yo sólo quería que él fuese feliz y me quisiese tal cual yo era… Clásica fantasía post adolescente. Con los años esta necesidad fue disminuyendo y perdiendo importancia en mi vida como adulto, sin embargo algo residual aún estaba ahí.

Pune, India

Al llegar a India, nos fuimos directo de Mumbay a Pune y nos alojamos en el hotel Sundervan, contiguo a la comunidad de Osho. Mi padre miraba todo impresionado, comentándome que Pune se parecía al barrio Mapocho y a La Vega en santiago. Mi pareja y mi hija llegarían unos días más tarde.

Antes de salir del Hotel en dirección de la comunidad, mi padre se puso su túnica roja y el Shawl de Kashmir del mismo color doblado sobre el hombro, como una manta de gaucho, y partió caminando con orgullo a mi lado mientras yo no cabía en mi asombro. Cada cierto rato lo miraba, y él con su barba blanca de hombre “serio de sesentaytantos años”, como le gustaba decir, con su vientre prominente y su “banano” a la cintura con sus documentos, continuaba cadenciosamente caminado por las calles de Koregaon Park, el suburbio de Puna donde estaba el ashram.

Me interesa el Tantra me dijo… que libros hay en ese tema. El Tantra? pensé…jamás lo hubiera creído. Se compró el libro “la visión tántrica” de Osho y comenzó a leer lo que podía con su precario Inglés.

La primera meditación que hicimos juntos fue la llamada Kundalini. Una hora dividida en 15 minutos de sacudirse vigorosamente, 15 de baile libre, 15 sentado en silencio y 15 acostado en el suelo.

Me acomodé frente a él, pues detrás o a su lado hubiese estado mirándolo y no meditando…igual miraba de reojo de tanto en tanto.

No podía creerlo. Detrás de mí, mi padre danzaba libremente al son de la segunda fase de la meditación Kundalini. Él, el profesor respetado…

Doctorado en Lingüística, el intelectual de izquierda, el burgués acomodado, bailaba detrás de mí…solo…y con los ojos cerrados, moviendo sus manos suavemente a la altura de sus hombros…en un ashram en el medio de India. Si alguien me lo hubiera contado, no lo hubiera creído. Creo que era la primera vez que mi padre bailaba sin pareja.

Generalmente participaba en tres técnicas distintas de meditación al día.

Por las tardes buscaba un jardín y se sentaba a leer su libro de Osho sobre Tantra. En las noches cenábamos en algún restaurante o partíamos a ver alguna película de Bollywood en algún barrio de Pune.

Se compró un tambor en la calle, pues era el único instrumento disponible y él necesitaba tocar algún instrumento. En chile había estudiado y practicado por años el laúd renacentista y la guitarra.

Recuerdo haber llegado una tarde de vuelta al departamento que arrendábamos y escuchar un tamborileo vigoroso viniendo de su pieza. Al abrir la puerta lo veo sentado en su cama con las piernas cruzadas tocando frenéticamente su tambor y cantando la canción “Yo no le canto a la luna” del compositor Argentino Eduardo Falú. De pronto, tuve un flash back a mis 21 años, cuando en una conversación me confesó que en su juventud había leído a krishnamurti. Sorprendido, entonces, le pregunté que qué había pasado y él me respondió en tono despectivo que se había dado cuenta que uno no podía pasar por la vida tocando un tamborcito. Había cosas mucho más importantes que hacer.

“Mira en lo que terminaste” le dije irónicamente… “tocando un tamborcito en India”. Me miró desde la cama y sonriendo me dijo… “la vida está llena de sorpresas”.

Su proceso… mi proceso

Decidió participar en un taller de crecimiento personal llamado “Abriendo el Corazón”. Como no hablaba inglés le consiguieron una traductora mexicana.

Por mi parte, participaba en un intenso proceso de 5 días llamado “Des-Haciéndose de las Creencias”. En los descansos de nuestros respectivos talleres nos encontrábamos en silencio. Ambos removidos por lo vivido en el proceso terapéutico y con cara de haber llorado por horas. Me confesó que había llorado por la repentina muerte de su padre y el no haber podido alcanzar a despedirse. Yo pensaba “mi padre… llorando, y compartiendo esto conmigo”. Me sentía tan absolutamente afortunado.

Por las noches, cuando salíamos a comer a algún restaurante de la zona, conversamos respecto de su relación con mi madre, de sus amantes, de sus experiencias con su nueva esposa y sus hijos. Por primera vez sentí que conocía a mi padre… no sólo como padre, sino como ser humano, como persona. Abría con migo por primera vez su corazón y yo tenía la maravillosa experiencia de saber que era lo que en realidad sentía y pensaba respecto de su vida y de su sentir como padre. Me pareció que gran parte de mi percepción de él como un ser insensible e intelectual estaba equivocada. La única diferencia era que él no acostumbraba a externalizar lo que en realidad sentía respecto de su vida…él creía que su rol como padre era proteger, proveer, educar y ser un modelo. El padre nunca podía ser un amigo, según él…y para ello debía guardarse sus reales sentimientos respecto de su vida.

Al finalizar nuestra estadía, que duró un poco más de un mes, fuimos entrevistados como padre e hijo para la revista Osho Times. Habló sobre su vivencia en el ashram, la belleza del lugar, sus experiencias con meditación…y lo que selló par mí mi necesidad de ser aceptado: “Cuando mi hijo comenzó a meditar pensé que se había vuelto loco y que su vida sería una perdición… ahora veo que estaba equivocado… y puedo decir que él tenía razón… y yo no.

El regreso

De vuelta en Chile se separó de su esposa y se fue a vivir con nosotros.

Hacía la meditación kundalini todas las mañanas.

Al cabo de un tiempo comenzó a echar de menos a sus hijos chicos, la comodidad de su hogar, su lugar como padre clásico y al final volvió a su casa y a su familia.

Con el tiempo nuestra profunda conexión como compañeros de viaje interno se fue perdiendo y nuestra forma de relación volvió a ser lo que era antes.

Pero yo sentía que había cerrado un ciclo con él. Había podido mostrarle mi forma de vida, y él había sido capaz de valorarla y aprender algo sobre sí mismo en ello. Esto trajo como consecuencia que dejé de sentirme responsable por él, por su vida y su sufrimiento. Le había mostrado que existían alternativas a lo que el stablishment le ofrecía. Él escogió su antigua vida… y era su libertad hacerlo. No estaba de acuerdo con sus opciones, pero ya no sentía que tenía que hacer algo al respecto. Más íntimamente, podía decir que había conocido verdaderamente a mi padre y me había reconciliado con mi necesidad de ser aceptado y validado.

A veces lo escucho hablar, con maestría, en reuniones familiares sobre las ventajas de la meditación y el beneficio de estar presente aquí y ahora, mientras mis tíos lo miran como si estuviera loco. Que yo sepa nunca más ha meditado.

Cuando lo veo, sigue teniendo esa máscara de “el profesor doctor en lingüística”. Pero no me engaña, pues yo sé que dentro de él existe una persona inmensamente sensible y curiosa respecto de la vida, que es capaz de emocionarse con pequeñas cosas…una persona que se parece mucho a mí… después de todo soy su hijo.

15 respuestas a “Cuando mi padre fue mi compañero de búsqueda.”

  1. Apurva dice:

    “Me voy a India contigo…”
    Todo lo que esconde es frase…
    Tu padre ha de ser un tipo grande y sabio Vikrant!!
    Un abrazo

  2. cristóbal dice:

    Cada vez me sorprendo más de las similitudes de ciertas historias…
    Podría decirte que es muy parecida a la historia con mi padre, pero la primera parte. Todavía no tengo un real real acercamiento a su ser. Si lo amo y en eso he avanzado, o sea de respetarlo a amarlo como es, incluso con su condicionamiento fuertísimo, incluso con nuestra distancia. Pero no puedo decir que realmente lo conozca. O sea, advierto que también detrás de su impresionante capacidad intelelctual y académica, de su estructura demócrata cristiana, de su concepto de fracaso y éxito en la vida que me alejó por años de él, hay un ser noble y sensible y con mucha capacidad de amar.
    Su padre lo anuló como pudo y no se hablaron durante 40 años, hasta, 5 días antes de su muerte. La coraza de mi padre siempre me ha parecido un bunker impenetrable, muchas veces he sido pesado con él y las hironías para herirlo eran una tras otra… pero hay lo que hay… he decidido trabajar con mi rabia con él, con mi pena, y eso ha bajado considreablemente mi antigua intolerancia… siento que hoy lo acepto más. Cuando me separé me dijo:
    “bueno, acepta que fracasaste y reconstuye tu vida” más que mandarlo a la chucha, prefiero decir que “le hice ver su equivocado concepto de fracaso” jaja..
    Bueno, rato después me abrazó como cuando hace muuuucho no lo hacía… sentí que en lo profundo había entendido.
    en fin, gracias vikrant por tu historia.

  3. Vikrant dice:

    Apurva. Debo reconocer que lo que motivó esa frase es algo que trasiende mi comprención. De hecho esa actitud iba en contra de todo lo que yo pensaba era mi padre.
    Un abrazo
    Vik

  4. Apurva dice:

    En mi experiencia, es tanto lo que le he proyectado a mis padres… Que no hicieron esto, que deberían haber hecho lo otro, que son de tal o cual manera… y todo con juicios de mayor o menor calibre. Yo hice elecciones durante mi vida alejadas de muchas de sus expectativas. Me separé dos veces, dejé una “exitosa” carrera profesional para meterme en “cosas raras” como grupos de crecimiento personal, astrología, PNL, Coaching, viajes a la India (no de turismo precisamente), etc. etc.
    Claro, en mi proceso de individuación y desprogramación de todas las influencias paternas, religiosas, educacionales y otras, tome ciertas opciones radicales a su entender.
    Lo interesante para mi es que en ese proceso de “maduración” personal la imagen de mis padres o mi experiencia interna de ellos se fue reconfigurando. Me fui liberando de ellos y al mismo tiempo los fui haciendo a ellos más libres dentro de mi (lo que necesariamente tuvo una expresión externa en mi relación con ellos).
    Mi propia experiencia de paternidad fue determinante en ese proceso de liberación.
    Así llegó el momento en que pude darme cuenta que más allá de las formas y programaciones que viví, el amor de ellos estuvo siempre presente. Muchas veces expresado a punta de cachetadas y correazos. Bueno, mi padre aprendió de mi abuelo esos “métodos”.
    El hacerme más cargo de mi vida en todos mis niveles ha permitido proyectar menos “issues” a mis padres y eso me ha dado libertad para que fluya una comprensión amorosa más elevada de mi experiencia como “hijo”, lo que me ha posibilitado ahora estar más cerca de ellos, viéndolos como seres humanos que hicieron lo mejor posible y bueno, el resultado no fue tan malo a la larga parece… yo mismo!
    Para mi, un indicador importante de mi evolución y madurez (individuación?) tiene que ver con mi relación interna con mis padres, particularmente como voy soltando las proyecciones y juicios hacia ellos, y haciéndome cargo yo del contenido de esos juicios y proyecciones.
    Desde otra perspectiva, en nuestra infancia los padres son dios literalmente. No alimentan, abrigan, protejen, etc. Sin nuestros padres no sobrevivimos. Entonces, de una u otra manera tener temas pendientes con ellos es como sostener temas pendientes con dios, es decir, un poder fuera de nosotros.
    Por eso me hace sentido que la responsabilidad total de cada uno requiere que en algún nivel hayamos elegido a nuestros padres y la experiencia con ellos. Así no hay queja posible despues!!! (ya le digo a mis hijos, medio en serio medio en broma, no te quejes de mi… tu me elegiste!!). Bueno, esto último ya está en el ámbito de las creencias personales.
    Un abrazo

  5. Vikrant dice:

    Apurva. Ciertamente me identifico con tu proceso, que en mi caso me ha tomado como 20 años. Hace dos veranos sentí que cerré con mi madre este aspecto de mi relación con ella. En este momento me siento libre de resentimiento y de idealización en realción a ambos. No tengo idea si escogimos a nustros padres, pero puedo decir que el proceso de yo convertirme en padre ha sido, como tu mencionas, fundamental en todo esto.
    Un abrazo
    Vik

  6. Matrix dice:

    Vikrant,

    Me pareció extraño el hecho de que hayan logrado una conexión así con tu padre, luego se haya perdido y volvieran a la distancia de antes… me imagino que has reflexionado al respecto… porque según mi interpretación ahí se abrio una puerta que me parece imposible cerrar ya que se une corazon a corazon… que no tiene vuelta atrás… ¿que crees que hizo volver a lo de antes? ¿a pesar de volver a lo de antes… crees que tienes acceso a esa intimidad con él?

    Por otro lado… leyendo tu post recordé algo que siempre digo a mis amigos ¿qué esperas? ¿que tu papa/mama se muera para conocerlo? A los 16 años murió un tio… al ver a mi primo (su hijo) quejarse de tantos por qué… por qué no le dije esto… etc… comprendí que es mejor no esperar y hacerlo antes de sentir esa sensación de algo que siempre quisiste y ya no es posible hacerlo… conocer a tus padres… a pesar de lo extraño que es tal como tu cuentas… es maravilloso y algo se libera…

    un abrazo.

  7. carolina dice:

    Hola Vikrant:
    Que importante y que lindo tema,en una conferencia el otro dia “el pensamiento positivo” y todo lo que encierra esa frase,el Swami que estaba dando la conferencia decia que los padres pierden a sus hijos en la adolecencia,que es cuando tenemos el criterio mas formado y dejamos de ser esos niños que aceptamos a nuestros padres con todo y son lo maximo,cuando comenzamos a verlos como seres comunes,es cuando nos hacen el click y quizas les exigimos que sean como nosotros queremos que sean,recuerdo que encontraba mas choros a los papas de mis amigos que alos mios y asi mismo buscaba la comunicacion afuera y todo era mas entretenido afuera..cuando ellos trataban de llegar a mi se encontraban con una compuerta afuera todo era mas entretenido…, y ellos(padres)pasaron hacer los que ponian las reglas,los horarios,los que querian meterse en todo etc.ahora que me acuerdo que dificil esa edad,creo que nunca mas los volvi a verlos como cuando era niña..fue una gran perdida ellos perdieron a su niña y yo a mis idolos..fui pesada y rebelde,creo que hasta me avergonzaba de ellos por eso no volveria a los 17(como decia la violeta parra)pasaron los años y despues de lidiar con ellos y ellos conmigo,fui madre hoy perdone y espero que me hayan perdonado,siento que mi relacion con ellos es mas natural,la hija que tienen es esta.Me relaciono con ellos como lo hago con cualquier amigo,pero se que tengo un cariño inmenso hacia ellos..Tengo un hijo…y mi relacion con mi hijo siempre por esa experiencia ha sido transparente,natural,nunca quize ser la madre perfecta,he cometido muchos errores,soy una compañera en su camino,nunca he querido que piense que por ser su madre soy distinta al resto,el vino atravez de mi porque tenia que venir y puede contar conmigo infinitamente en esta vida,debo ser una loca para el,siempre me a visto patas pa;rriba,yendo para todos lados ,cargandolo,llevandolo,cantando y llorando…ahora es un adolecente y ya no va ninguna parte conmigo,pero estoy contenta porque finalmente “yo”he vivido mi vida he echo de ella lo que he querido y sentido hacer,el no llego a cambiar mi vida,llego a acompañarme y a ponerle todo el color del mundo..a sido mi gran compañero y reclama y reclama.. pero finalmente acepta a esta vida que le he dado y solo espero que algun dia,pueda el tambien ponerse patas parriba…

  8. Vikrant dice:

    Matrix. Nada en esta vida es estable, sobe todo las aperturas de corazón. Mi impresión es que mi padre se sentía mejor en su rol tradicional. Estar abierto y vulnerable le era incómodo. Personalemente respeté esa forma de relacionarse. Si bien me hubiera gustadio continuar con la intimidad que teníamos, entiendo y respeto su opción. YT eso es algo que he aprendido… no tengo derecho a exigir a mi padre a ser distinto a como él desea ser.
    Un abrazo
    Vik

  9. cristian dice:

    Vik que gran tema hoy lei tu articulo y me produjo cierta sana envidia el que de alguna manera te hubieras encontrado con tu padre , en mi caso quedaron muchas cuentas pendientes con el mio y ya es tarde para reencontrarme con el, lo que si puedo hacer es no repetir lo mismo con mi hijo pero es dificil para mi porque el patron de conducta tiende a repetirse, y hago un esfuerzo para detenerme en cuanto percibo que estoy haciendo lo mismo(siendo el tipico papa exigente) aveces siento como mi hijo me mira y soy un referente para el y como necesita mi aprobacion………..Ahora para mi en lo personal es como sacarme ese peso que fue mi padre y de una vez y para siempre dejar atras la sombra
    se puede?

  10. Vikrant dice:

    Cristian. Todo se puede. De hecho, en esta área cualquier cosa es posible si la quieres lo suficiente… si estás dispuesto a poner lo conocido en peligro por vivir y explorar la verdad interna. En mi experiencia la mayoría de los padres o repiten lo que recibieron o tratan de hacer totalmente lo contrario. En cualquiera de estos dos casos la cosa no funciona. Creo que el asunto es estar presente momento a momento mirando que es lo que el niño necesita y cual es mi verdad en realción con él. Cuando estoy siendo exigente preguntarse. ¿Es realmente necesiario esta actitiud?…¿por que lo hago? ¿siento mi autoridad amenazada? ¿fue lo que hicieron conmigo? ¿realmente es por su bien?
    En fin, ser padre es una excelente espejo de mis propios patrones inconscientes.
    Un abarzo
    Vik

  11. PAULINA dice:

    Cristian se me adelantó en escribir eso, jeje…. Sólo que yo soy mujer y madre soltera, con el rol de padre y madre a la vez y con el patrón de unos padres que causaron heridas emocionales muy graves en sus 8 hijos (5 mujeres y 3 hombres)

    Personalmente he experimentado tu frase de que “ser padre es un excelente espejo de mis propios patrones inconscientes” y en definitiva, de que en ésta área todo es posible si se quiere lo suficiente. Ahora no estoy presente físicamente con mi hija de 14 años ni con mi hijo de 13… y en éste año y medio que hemos estado distanciados físicamente, hemos experimentado el acercamiento y entendimiento emocional que no teníamos…. estamos tan cerca a pesar de estar tan lejos!

    Y por supuesto, aún después de relacionarme con ésta “área” como tú la llamas, no todo es excelencia… he perdido el camino una y otra vez y he aprendido a no culparme, sino a sentirme feliz por el simple hecho de regresar. (Es cierto que de tanto perderte aprendes a no perderte)

    A mí no me causa envidia ni sana tu encuentro con tu padre, sino alegría. Alegría porque confío en que en algún momento yo también lo haré con los míos, (aunque él ya no está en ésta vida). Alegría como me causó mi encuentro con mis hijos.
    Y la alegría de mi encuentro con mis padres no será mayor ni menor a éstas, porque mis padres son padres como los tuyos, como yo, y yo soy sólo una hija, como tú y como mis hijos… y el amor en todos los casos, es el mismo… y la alegría, por causa del amor, es la misma.

  12. Pato Toro dice:

    Vikrant algo fuera de lugar. ¿ que opinas de C. Jung y sus teorías?

  13. Vikrant dice:

    Pato Toro. Tu pregunta requiere una respuesta demasiado amplia para este formato. Así también tengo distintas opiniones respecto de distintas teorías… no opino lo mismo sobre el inconsciente colectivo, del proceso de individuación o los arquetipos míticos… de la misma manera opino distinto respecto de la terapia analítica y su práctica clínica. No es el formato adecuado para darte una respeuesta adecuada.
    Un abrazo
    Vikrant

  14. suwo dice:

    Hola querido Vikrant, leí tu artículo y me alegré de saber que por un breve tiempo fuiste como tu mismo llamas “compañero de búsqueda”con tu propio padre, que bella experiencia que pocos pueden contar…
    luego dices que todo volvió a ser como antes… creo que en eso puede ser que te equivoques…ninguno de los dos ha der ser el mismo… en muchas ocasiones las cosas no son lo que parecen … nadie vuelve a ser el mismo después de un contacto intenso de corazón a corazón …aunque puede que sus actos digan otra cosa yo no me creo que sea el mismo…
    es sólo un tema de amor y elecciones , quizás sintió que era necesario volver a su vida de antes por amor a … sólo él sabe
    Tú dices ” que yo sepa nunca más ha meditado” pero como bien dices , es algo que no sabes… ojo , es fácil caer en hacer juicios… mejor es amar y aceptar incondicionalmente a los demás … uno nunca sabe cabalmente que hay detrás de cada elección …
    bueno eso opino, un gran abrazo, gracias nuevamente por compartir admiro mucho tu generosidad
    cariños

  15. Vikrant dice:

    Suwo. En realidad la posibilidad de crear un cierto puente es posible que esté aún ahi… pero en realidad parami no es lo importante. No necesito que mi padre sea de ninguna manera en especial, es más ni siquiera necesito hoy que comparta mi forma de ver la vida. Mi amor hacia él es incondicional…lo amo tal cual es.
    Vik

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