Algunas reflexiones sobre el concepto de alma, el yo superior y el ser interno
18 junio, 2007
Que diablos! voy a poner un post cabezón…
Siempre me he sentido interesado por los aspectos culturales de las creencias religiosas. Desde hace un tiempo que me encontraba preguntándome sobre el origen y la evolución de los conceptos mencionados en el título y su aparición en el pensamiento colectivo occidental.
Bueno lo siguiente es el resultado de mis investigaciones.
La creencia en un alma inmortal en occidente se remonta a la Grecia antigua y a filósofos como platón y Sócrates, quienes creían que dentro del ser humano existía algo inherentemente inmortal que sobreviviría la muerte del cuerpo. Sin embargo la mayor influencia respecto de esta creencia proviene de la tradición judeo-cristiana, la cual ha sido principalmente difundida por el catolicismo.
Esta creencia está a la base de la fe de las tres grandes religiones del mundo occidental: el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Sin embargo sería interesante revisar la evolución histórica y la influencia de lo que las antiguas escrituras dicen respecto de este fenómeno y como ha sido este interpretado a lo largo de la historia en diversos contextos filosófico-religiosos.
La Biblia
Quizás algo que puede ser sorprendente es el hecho que en las antiguas escrituras bíblicas tanto a animales como personas se les llamaba “almas”. Un ejemplo de estos es en Números 31:28 se habla de un “alma (en hebreo néphesh) de cada quinientas, del género humano y del ganado vacuno y de los asnos y del ganado lanar”. En Revelación 16:3 aparece la palabra griega para “alma”, psyché, también utilizada como mente o interioridad del ser.
¿Que es lo que la Biblia, de acuerdo a sus escrituras, entiende por alma? lo revisaremos a continuación. En Génesis 2:7 se lee “Y procedió Dios a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre llegó a ser un alma viviente”. En este pasaje el “llegar a ser” un alma viviente es conceptualizado de forma similar a la persona que llega a ser médico es médico. (1 Corintios 15:45)
De esta manera la palabra “alma” es utilizada como sinónimo de la persona misma, no como algo que habite dentro del cuerpo y pueda existir por separado. Más adelante incluso se dice que el alma tiene cualidades físicas, incluso de alimento físico: “Tu alma desea con vehemencia comer carne” (Deutronomio 12:20, ver también Levítico 17:12). Más adelante se lee: “la sangre de las almas de los pobres e inocentes” (Jeremías 2:34). De esta manera la palabra alma es utilizada como la persona misma con todas sus cualidades físicas y mentales-Proverbios 2:10.
En otros escritos la palabra alma es utilizada en diferentes sentidos. A veces se refiere a uno mismo como alma. De la misma manera como uno dice “mi mismo”, puede también decir “mi alma”. De esta manera el salmista escribió: “mi alma se ha desvelado de consuelo”-Salmo 119:28.
“Alma” también es referida como la vida que uno disfruta como alma viviente. Parece que las escrituras bíblicas también se refieren al concepto de alma de la misma manera que podemos decir que alguien está vivo. . Queriendo decir que es una persona viva o viviente. O podemos decir que tiene vida, queriendo decir que tiene vida como persona, no que posee una vida. De la misma manera, el ser humano, según los escritos bíblicos, es una alma; pero mientras esté vivo se puede decir que “tiene alma”. Entonces, así como hablamos de que alguien pierde la vida, las escrituras parecen decir que pierde su alma. En Mateo 16:26 Jesús dice: “porque ¿de que aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo y perdiere su alma?”. Cuando Raquel se vio en dificultades para dar a luz a Benjamín, su alma (o vida como alma) salió de ella y murió. (Génesis 35:16-19) Ella cesó de ser una persona viva y llegó a ser un cadáver. Y cuando el profeta Elías hizo un milagro en cuanto a un niño que había muerto, el alma del niño (o su vida como alma) volvió dentro de él y “llegó a vivir”. De nuevo era un alma viviente”.- Reyes 17:17-23.
Según se desprende de lo anterior, podríamos afirmar que al parecer según los versículos de la Biblia el alma es la persona misma y que como tal está sujeta a la muerte. “El alma que esté en pecado…ella misma morirá.” (Ezequiel 18:4,20). El apóstol Pedro citó de los escritos de Moisés acerca de Jesús y dijo: “En verdad, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruida de entre el pueblo.” (hechos 3:23). En consecuencia, ni una sola vez en todos los versículos de la Biblia se menciona que las almas humanas o animales sean inmortales, imperecederas, que no puedan ser destruidas ni morir. Sin embargo hay docenas de textos bíblicos que muestran que el alma puede morir o ser muerta. (levítico 23:30; santiago 5:209). Incluso de Ieshu Baar Iosef (Más conocido como Jesús) la Biblia dice: “derramó su alma hasta la mismísima muerte.” (Isaías 53:12). Podemos deducir entonces que el alma humana es la persona (persona, mascara en griego) misma, y cuando la persona muere, es el alma humana lo que muere.
Es interesante notar la diferencia semántica que existe entre dos palabras que han sido usadas popularmente como sinónimos: Alma (néphesh en Hebreo) y espíritu (del hebreo rúahh).
Según los escritos bíblicos las dos cosas que el ser humano o cualquier otra criatura tiene que tener para estar vivo y mantenerse así es: espíritu y aliento. En Job 34:14-15 dice “Si dios fija su corazón en cualquiera, si el espíritu (rúahh) y el aliento (hebreo, neshmah) de aquel que recoge a sí, toda carne expirará junta, y el hombre terrestre mismo volverá al mismísimo polvo”. La energía o fuerza de vida que habita en los seres vivos parece ser llamada “espíritu” (rúahh).
Si bien el sí mismo y el espíritu de vida son conceptos presentes en los textos bíblicos, en ninguna parte aparece la idea de que algunos de estos aspectos del individuo vayan a sobrevivir la muerte del cuerpo o tengan características inmortales.
Existe, sin embargo referencias, en especial en los evangelios, a la posibilidad de encontrarse con “el padre” y de habitar en un lugar referido como el “reino de los cielos”. La tradición cristiana ha interpretado tal lugar como “el cielo” donde irían las almas “buenas” a encontrarse con dios. Si embargo existen diversas interpretaciones, incluso en contextos cristianos y neo-cristianos, respecto de cual sería la significación que los evangelios darían a la frase “el reino de los cielos”. Estas interpretaciones varían desde las esotéricas, como las mencionadas en el evangelio de Thomas encontrado en los rollos del mar muerto; a las literales, como un “reinado” de Jesús en el planeta tierra, como las mencionadas en la literatura de los Testigos de Jehová. En ambos casos, como en muchos otros, el “reino de los cielos” no es el lugar donde habitan las almas inmortales, sino una metáfora de un estado interno, en uno; y el nombre de una institución político–religiosa en el otro.
El concepto de atman en el Vedanta de los Vedas y los Upanishads
Si el concepto de alma inmortal no es un legado de la literatura religiosa hebrea, entonces ¿de donde proviene esta idea y como se desarrolló hasta formar parte integral del sistema de creencia religiosa occidental?
Los Vedas y los Upanishads
Las escrituras védicas son el resultado del encuentro ideológico y cultural entre las tribus arias del norte que invadieron y conquistaron los pueblos indígenas del sur de la India alrededor del 1700 A. C. Dentro de la filosofía religiosa tanto de los vedas como los escritos de los Upanishads el concepto de lo absoluto, lo divino, no tiene la caracterización antropomorfa de la tradición Judeo-cristiana, sino que es representada por el principio creador que da origen a la totalidad del cosmos: Brahman. Para los Hindúes este principio básico se expresa individualmente en un alma o atman. En los Upanishads tanto el cosmos fluctuante como el cuerpo humano material son sólo ilusiones (maya) que cubren la realidad última de atman. Atman, aunque invisible e inaudible es la parte gobernante del individuo, su esencia. En la famosa frase de los Upanishads el sabio Aruni le explica atman a Svetaketu y proclama tat tvam asi, Tu Eres Eso. Este concepto es análogo con el concepto de alma inmortal cristiana. Y sería el aspecto del individuo que tiene la capacidad de trasmigrar de cuerpo en cuerpo, de encarnación en encarnación buscando la perfección y la liberación de las cadenas de la identificación para finalmente liberarse del samsara (transmigración) a través de la iluminación y poder unirse con lo absoluto, con Brahman.
Si atman es Brahman ¿Por qué necesita perfeccionarse? Esto es un poco complicado de entender. El Brahman trascendente inmanifestado no necesita alcanzar la liberación, porque es perfecto y libre. Pero el Brahman absoluto puede manifestarse a sí mismo a través de muchos yoes conscientes (atman) porque de esta forma puede elevarse por encima de la inconsciencia. A medida que se desarrolla el juego cósmico, los atman humanos continúan conquistando desafíos y logrando auto-conocimiento y de esta manera acercándonos a la unión consciente con Brahman.
El propósito de este juego cósmico (leela en sánscrito) es la celebración de la danza cósmica de Brahman. Esta danza se caracteriza por la división de Brahman con el objeto de ser auto-consciente, pues en la unidad absoluta la autoconciencia no es posible. Esta es sólo alcanzable desde la dualidad de la dimensión de la mente humana. Es decir lo absoluto, el principio creador se autodivide para alcanzar la unidad, que es su esencia básica, pero esta vez de forma consciente.
Cristianismo, Vedanta y filosofía griega
Es interesante notar que si bien el concepto de alma inmortal no parece estar presente en la literatura bíblica hebrea, este concepto parece haber sido introducido al cristianismo en Grecia, a partir de la influencia de la filosofía griega en el desarrollo de los primeros siglos de la tradición cristiana.
Algunos estudiosos de los orígenes del pensamiento filosófico griego afirman que muchas de sus ideas centrales: La in-permanencia de Heráclito, el ànima de platón, o el auto-conocimiento de Sócrates, tienen una clara e irrefutable influencia vedanta.
Según el profesor E. W. Hopkins, Pitágoras y platón parecen haber tenido una importante influencia védica. “Con anterioridad al siglo VI a. c. todas las ideas filosófico-religiosas de Pitágoras eran muy conocidas en la India”. Posteriormente, el neo-platonismo y el gnosticismo Cristiano parecen tener mucho en común con la filosofía Sankia de la India con sus conceptos de alma y luz eterna. En el sistema vedanta de Kapila el concepto de alma eterna, constituyente de la verdadera naturaleza distinta de la materia e inmortal parece preceder las ideas de
Tales, Parménides, y las doctrinas de Anaximandro y Heráclito en Grecia.
La idea cristiana de alma inmortal parece provenir de una cruza entre las ideas védicas, introducidas al encontrarse con la filosofía griega, y las hebreas respecto de la interioridad del ser humano. Sin embargo, hay dos grandes diferencias entre el concepto cristiano de alma y el Hindú de atman. La primera es que atman es una expresión, parte de Brahman, mientras el alma cristiana es una creación separada de dios, la cual le corresponde al individuo en particular y no es parte del creador. Atman es dios dentro, mientras el alma (ànima en griego, actus primus según Aristóteles) es una representación del sí mismo, del ego individual que sobrevivirá a la muerte para estar, no unirse, con Dios en el paraíso. Esto, por supuesto si el individuo cumple en vida con los imperativos morales cristianos. De lo contrario el castigo al alma consiste en apartarla de dios y someterla a sufrimiento eterno. Algo que sería imposible de hacer con atman, pues éste es Brahaman, el principio eterno. Aquí reside la segunda diferencia. El atman inmortal pasará por una serie de encarnaciones antes de unirse con lo divino.
Esto determinado por el karma (la consecuencia de las acciones), lo cual decidirá el tipo de encarnación siguiente. El alma cristiana solo tiene una vida y una oportunidad de “ganarse el cielo”.
Entonces podemos afirmar que el concepto cristiano de alma es una síntesis de concepto de inmortalidad védico, atman y el de sí mismo, néphesh, hebreo.
Este concepto de alma es el que también fue adaptado por el Islam a través de las enseñanzas de Mohamed, o Mahoma. El predicaba, tomando las ideas cristianas, que dentro de los seres humanos existe una identidad que sobrevivirá a la muerte para ser consecuentemente premiada o castigada (con la cercanía o alejamiento de dios) de acuerdo con el comportamiento del individuo en vida, y su cumplimiento de los preceptos morales Musulmanes.
El Yo superior de la teosofía
Siendo el concepto de inmortalidad del sí mismo un concepto clásicamente Védico, adoptado por la filosofía griega y transplantado finalmente al cristianismo, este reapareció en occidente con características más típicamente orientales al ser re-introducido por la teosofía y Madame Blvatski a finales de 1800 dando pie para la creación de las ideas del ser interno y el yo superior.
La idea introducida fue que existe un espacio interno más sabio que mi propia conciencia consciente y que por lo tanto regiría por mí el destino de las experiencias que debo atravesar en mi proceso de evolución de consciencia hacia la unión con el todo (Brahman). El Yo superior es el atman, de origen divino, y por lo tanto más sabio que el yo consciente del Ego, que representaría las capas más superficiales de nuestra psique, con todos sus aspectos socializados.
Blavatsky y el Coronel Alcott fueron los primeros occidentales en hacerse discípulos, de manera oficial, en un templo budista en Ceilán, comenzando una divulgación de las ideas, las prácticas y los conceptos orientales entre públicos eruditos y populares masivos. A pesar del hecho de haber sido iniciados en budismo, donde no existe un alma inmortal, fueron los conceptos védicos los que tuvieron mayor influencia en su conceptualización del espacio interno humano.
La idea del Yo superior fue una adaptación de conceptos Védicos relacionados con estratos superiores de consciencia, los cuales funcionaban en paralelo al estado de consciencia habitual.
Siendo el yo superior y el ser interno adaptaciones del concepto de atman, estas ideas encontraron tierra fértil en occidente debido al hecho que, si bien diferían del concepto de alma, en términos de que estos migraban de cuerpo en cuerpo, tales ideas habían estado presentes en occidente por los últimos dos mil años a través del cristianismo y la filosofía griega.
La nueva neo espiritualidad Holística
La nueva espiritualidad surgida del movimiento contracultural de los años sesenta fue profundamente influenciada por el movimiento teosófico.
El new age y el moviemiento por una espiritualidad holística deben sus ideas del inner being (ser interno) más a la influencia de la tradición vedanta que a la cristiana, a pesar que muchos aspectos cristianos han sido reciclados en ella.
El ser interno es inmortal y transmigra de cuerpo en cuerpo, y de una encarnación a otra en forma similar a atman. Sin embargo, el ser interno retiene las características individuales del alma cristiana, en el sentido de ser único e individual a diferencia de atman, que es una expresión de Brahman y por esencia indiferenciable.
Un aspecto interesante del ser interno de la nueva espiritualidad, que lo diferencia del alma cristiana, es que el ser interno es concebido como el espacio esencial real del individuo, en contraste con el ego socializado; mientras el alma cristiana es el ego socializado con todas sus características de personalidad y su funcionamiento mental. El alma es la persona sin cuerpo, el néphesh hebreo, el sí mismo. En cambio, el ser interno sería una abstracción de las características organísmicas y espontáneas del individuo y se encontraría más profundamente en nuestra psique que la personalidad y sus elementos psico-sociales. Este ser interno debe también mucho en su conceptualización a las teorías de orientación Humanista tales como la organísmica de Kurt Goldstein, al proceso de individuación de Carl G. Jung y a la idea del doble Self de Janov.
En ésta neo-espiritualidad, tal como en el vedanta, el universo (mahadakash) se manifiesta en lo absoluto (pramakash) y el ser interno (atman) busca unirse a él a través de la Consciencia (Chidakash). Pero etimológicamente este ser interno retiene el doble estatus de ser una expresión de Brahman, similar al aliento divino, rúahh, el principio originador y a la vez una esencia individual y diferenciada como en el alma cristiana, néphesh.
Finalmente, me parece interesante investigar y descubrir como conceptos que son utilizados cotidianamente y que se han asentado tan profundamente en nuestra cultura evidencian profundos procesos de transculturización y evolución conceptual, ma´s que revelaciones de origen divino.
Llegue a este blog, buscando alguna referencia a lo que creo que ocurre, con el «yo» luego de la muerte, ya que tengo una formación netamente católica, pero he tenido experiencias variadas, propias y con otras personas, que confirmarían que por lo menos, luego de la «muerte biológica», cada ser humano, «experimentaría» una continuidad «en su propia consciencia», en la que se conservaría todo lo vivido, en su memoria, imaginación y en su «propia persona», aunque evidentemente sin su «cuerpo tridimensional», pero si con lo que sería una «corporalidad», como una «presencia» que sería justamente, como una «imagen viva y consciente» que según nuestra fe, se volvería a reunir con «un tipo de cuerpo» que no podría ser tridimensional, y que de alguna forma, ya estaría anticipado, por aquella «imagen viva y autoconciente» que podría ser considerada como «un yo adecuado al alma inmortal», es decir, también inmortal, pero con toda la información, de lo vivido en esa «existencia en el espacio tiempo» que para el catolicismo, permanecería en «espera de la segunda venida» de Nuestro Señor, y para el Budismo y el Hinduismo, seguiría con un ciclo de encarnaciones de acuerdo a su evolución. Quisiera encontrar más material, para justificar,la primer aproximación en relación a la posible «pervivencia del yo» y agradecería si ustedes pueden orientarme en tal sentido, y por ello dejo mis datos personales y dirección de e-mail. Muchas gracias. Paz y Bien.