LSD y meditación - Centro Experiencial para el Desarrollo Humano

LSD y meditación

¿Puede el LSD ser utilizado como una ayuda en la meditación?

El LSD puede ser utilizado como una ayuda, pero la ayuda es muy peligrosa. No es tan fácil. Si empleas un mantra, incluso eso se convertirá en algo de lo que será difícil desembarazarse, pero si empleadas ácido, LSD, será incluso más difícil desembarazarse de él.
En el instante en que estás viajando en LSD, no posees el control. Tú química toma el control y tú no eres el amo, y una vez no eres el amo es difícil recuperar esa posición. Si la química ahora no es la esclava; tú eres el esclavo. Ahora no será tu elección el cómo controlar. Una vez ingieres LSD como ayuda, estás haciendo del amo un esclavo y toda la química corporal será afectada.

Tu cuerpo empezará a anhelar el LSD. Ahora esta ansia no será sólo de la mente, como ocurre cuando te apegas a un mantra. Cuando empleas el ácido como una ayuda, el ansia se convierte en parte del cuerpo; el LSD penetra hasta las mismas células del cuerpo. Las cambia. Tú estructura química interna se vuelve diferente. Entonces todas las células del cuerpo empiezan a ansiar ácido y será difícil abandonarlo.

El LSD puede ser utilizado para llevarte hasta la meditación solamente si tu cuerpo ha sido preparado para esto. De modo que si tú preguntas si puede ser utilizado en Occidente, te diré que en absoluto es para Occidente. Solamente puede ser utilizado en Oriente, si el cuerpo ha sido totalmente preparado para eso. El Yoga lo ha usado, el Tantra lo ha usado, existen escuelas de Tantra y de Yoga que han empleado el LSD como ayuda, pero en ese caso preparan antes tu cuerpo. Hay un largo proceso de purificación del cuerpo. Tu cuerpo se vuelve tan puro y tú te vuelves un Maestro tan grande que incluso la química no puede convertirse entonces en tu maestro. Así pues, el Yoga lo permite, pero de un modo muy específico.

Primero tu cuerpo ha de ser químicamente purificado. Entonces poseerás tal control del cuerpo que incluso tu química corporal podrá ser controlada. Por ejemplo, existen unos determinados ejercicio yóguicos: si ingieres un veneno, mediante un determinado ejercicio yóguico puedes ordenar a tu sangre que no se mezcle con él y el veneno pasará a través del cuerpo y saldrá por la orina sin haberse mezclado para nada con la sangre. Si tú puedes hacer esto, si puedes controlar tu química corporal, entonces puedes emplear cualquier cosa porque te has vuelto el amo.

En el Tantra, particularmente en el Tantra «de izquierdas», emplean el alcohol como ayuda para la meditación. Parece absurdo; no lo es. El buscador ingiere alcohol en una determinada cantidad; entonces intenta mantenerse alerta. No ha de perder la consciencia. Poco a poco la cantidad de alcohol va siendo aumentada, pero la consciencia ha de permanecer alerta. La persona ha ingerido alcohol; éste ha sido absorbido por el cuerpo, pero la mente permanece por encima; no se pierde la consciencia. Entonces la cantidad de alcohol va siendo aumentada más y más. Mediante esta práctica llega un punto en el que se te puede suministrar cualquier cantidad de alcohol y la mente sigue estando alerta. Solamente entonces puede el LSD ser de ayuda.

En Occidente no existen prácticas para purificar el cuerpo o para incrementar la consciencia mediante cambios en la química corporal. El ácido es ingerido en Occidente sin ninguna preparación. Esto no va a ser de ayuda. Más bien, al contrario, puede destruir toda la mente.

Existen muchos problemas. Una vez estás en un viaje de LSD, tienes un destello de algo que nunca has conocido, de algo que nunca has sentido. Si empiezas a practicar, la meditación es un largo proceso, pero el LSD no es un proceso. Lo ingieres y se acabó el proceso. Entonces el cuerpo empieza a trabajar. La meditación es un largo proceso; has de practicarla durante años, solamente entonces llegarán los resultados. Y cuando tú has experimentado un atajo, te será difícil seguir un largo proceso. La gente ansiará volver al uso de las drogas. Por esto es difícil meditar una vez que has obtenido un destello mediante la química. El emprender un proceso que será largo, será difícil. La meditación necesita más stamina, más confianza, más espera, y será difícil porque ahora tú puedes comparar.

En segundo lugar, cualquier método es malo si tú no puedes controlar todo el tiempo. Cuando estás meditando tú puedes parar en cualquier momento. Si quieres dejarlo, puedes parar ahora mismo, puedes salir de ello. Tú no puedes detener un viaje de LSD. Una vez has ingerido el LSD has de completar el círculo. Entonces tú no eres el amo.

Todo lo que haga de ti un esclavo, en último término, no te va a ayudar espiritualmente, porque la espiritualidad significa básicamente ser el amo de uno mismo.

De modo que no sugeriría atajos. No estoy en contra del LSD, puede que a veces éste a su favor, pero entonces será necesario un largo proceso preliminar. Entonces tú serás el amo. Pero entonces el LSD no será un atajo. Será más largo incluso que la meditación. El Hatha Yoga emplea años para preparar un cuerpo. Veinte años, veinticinco años, entonces un cuerpo está preparado; ahora puedes emplear cualquier ayuda química y no será destructiva para tu ser. Pero entonces el proceso es mucho más largo.

De esta manera sí puede emplearse el LSD; entonces estoy a favor de su uso. Si estás preparado para invertir veinte años en la preparación del cuerpo para poder ingerir LSD, entonces no es destructivo. Pero lo mismo puede hacerse con dos años de meditación. Debido a que el cuerpo es más burdo, llegar a ser su amo es más difícil. La mente es más sutil, de modo que ser su amo es más fácil. El cuerpo está más lejos de tu ser, de modo que hay una distancia mayor. Con la mente, la separación es menor.

En la India el método primitivo para preparar el cuerpo para la meditación era el Hatha Yoga. Llevaba tanto tiempo el preparar al cuerpo, que, a veces, el Hatha Yoga tenía que inventar métodos para prolongar la vida de modo que el Hatha Yoga pudiera ser continuado. Era un proceso tan largo que sesenta años podían no ser suficientes, setenta años podían no ser suficientes. Y ahí surge un problema: si en esta vida no se llega a ser el amo, entonces en la vida próxima tendrás que empezar desde el abc porque entonces tendrás un nuevo cuerpo. Se habrá desperdiciado todo ese esfuerzo. En tu próxima vida no tendrás una nueva mente, la vieja mente continúa, por eso todo aquello que se haya alcanzado a través de la mente seguirá contigo, pero todo lo que se haya alcanzado a través del cuerpo se perderá con cada muerte. Así, el Hatha Yoga tuvo que inventar métodos para prolongar la vida durante doscientos o trescientos años, a fin de que uno pudiera llegar a ser el amo.

Si se llega a ser el amo de la mente, entonces eres capaz de cambiar el cuerpo, pero la preparación del cuerpo pertenece exclusivamente al cuerpo. El Hatha Yoga inventó muchos métodos para que pudiera completarse el proceso, pero entonces se descubrieron métodos incluso más efectivos: cómo controlar directamente la mente,—el Raja Yoga. Con esos métodos el cuerpo puede ser de una cierta ayuda, pero no hay necesidad de ocuparse demasiado de él. De modo que los adeptos del Hatha Yoga han dicho que puede usarse el LSD, pero el Raja Yoga no puede decir que pueda usarse el LSD, porque el Raja Yoga no posee ninguna metodología para preparar al cuerpo. Emplea directamente la meditación.

A veces sucede—sólo a veces, en pocas ocasiones—que si obtenemos un vislumbre a través del LSD y no te conviertes en adicto suyo, puede que ese vislumbre desate una sed de buscar algo más. Así que probarlo una vez, está bien, pero llega a ser difícil saber dónde detenerse y cómo detenerse. El primer viaje está bien; viajar por una vez, está bien. Te vuelves consciente de un mundo distinto y entonces empiezas a buscar, empiezas tu búsqueda, debido a ello. Entonces es difícil parar. Este es el problema. Si eres capaz de parar, entonces ingerir LSD, por una vez, es bueno. Pero ese «si», es un si con mayúsculas.

Mulla Nasrudin solía decir que él nunca tomaba más de un vaso de vino. Muchos amigos ponían objeciones a su afirmación porque le habían visto tomar un vaso tras otro. El les dijo, «El segundo vaso se toma debido al primero. «Yo» tomo sólo uno. El segundo se debe al primero, y el tercero al segundo. Entonces yo no soy el amo. Solamente soy el amo respecto al primero, de forma que, ¿cómo voy a decir que tomo más de uno? «Yo» tomo solamente uno. ¡Siempre solo uno!»

Con el primero, tú eres el amo. Con el segundo, no lo eres. El primero te llevará al segundo y entonces eso seguirá sin parar; entonces deja de estar en tus manos.

Empezar cualquier cosa es fácil porque tú eres el amo pero acabar cualquier cosa es difícil porque entonces tú no eres el amo. Así que no estoy en contra del LSD, y si lo estuviera, es con una condición. Esta es la condición: si puedes seguir siendo el amo, entonces está bien. Usa cualquier cosa, pero permanece siendo el amo.

Y si no puedes seguir siendo el amo, entonces no te metas nunca en un camino peligroso. Nunca entres en él; será lo mejor.